A pesar de sus graves consecuencias, el trastorno por atracón es uno de los TCA (trastornos de la conducta alimentaria) más subestimados, sobre todo porque la mayoría de quienes lo padecen tratan de ocultar los síntomas por vergüenza o culpa, lo que hace que se menosprecie la cantidad real de personas que lo padecen; es por eso que hoy veremos qué es un atracón y cómo gestionarlo para que puedas retomar el control y el placer de comer sin culpas.
¿Qué es un atracón?
Un atracón se define literalmente como “la acción de comer o beber en exceso” (RAE). Pero dentro de las ciencias de la conducta alimentaria se reconoce al atracón como un trastorno alimenticio en donde la persona come frecuentemente grandes cantidades de alimento en un corto periodo de tiempo, hasta sentirse incómodamente lleno. Como verás, la definición de atracón es bastante ambigua y poco esclarecedora.
Los atracones son acompañados por una sensación de desconexión, en el que la persona siente que pierde el control del evento e incluso la consciencia.
Esta supuesta pérdida de “la voluntad” para apartarse de la comida, hace que las personas se sientan culpables, incómodas, avergonzadas e incluso decepcionadas de sí mismas, por lo que tienden a esconderse o lo hacen a solas para evitar ser juzgados.
Pese a lo agobiante que puede resultar la experiencia, en la mayoría de los casos, las personas no intentan compensarlo desesperadamente con dietas de castigo ni ejercicios, aunque sí suelen restringir cantidades o comidas posteriores.
También, es muy común que los que padecen de este trastorno se prometan a sí mismos no comer nuevamente de esta manera, sin embargo, el episodio tarde o temprano se repite, reiniciando el ciclo.
¿Te parece familiar esta descripción? Es más común de lo que se cree y también se puede tratar.
¿Qué tan frecuente es el trastorno por atracón?
Cualquier persona es propensa a comer de más. Por ejemplo, cuando estamos en época de fiestas y nos sirven dos o hasta tres de esos deliciosos platos que solo se comen una vez al año o cuando nos deleitamos de nuestro plato favorito hasta quedar tan llenos que incomoda.
Esto puede llegar a ser normal en algún punto de nuestras vidas y no hay que sentir vergüenza por ello.
El problema con las personas que puedan padecer un trastorno por atracón es que el deseo impulsivo de comer viene precedido por periodos extensos de dieta y restricción, por altos niveles de estrés, al final de un día difícil en el trabajo y búsqueda de premio o consuelo, etc.
Esta ingesta rápida, a veces desmedida y casi automática de alimentos se vuelve hasta cierto punto tortuosa.
El trastorno por atracón es una afectación mental grave y la más común de los TCA, incluso más que otros trastornos alimenticios conocidos como la bulimia nerviosa y la anorexia juntos.
Menos de la mitad de estos casos se trata adecuadamente y, a pesar de manifestarse cerca de los 20 años de edad, puede prolongarse a lo largo de la vida de la persona, perjudicando la relación que esta tiene con la comida y consigo mismo.
Por lo general, quienes padecen de este trastorno se sienten solos, aislados y culpables, ya que consideran que son los únicos a los que les pasa, algo que manifiestan en consulta.
Quienes lo padecen creen que no tienen “fuerza de voluntad” y buscan métodos, usualmente restrictivos, para restringir su acceso a los alimentos, lo que solo provoca que vuelvan a caer en un atracón.
Si crees que puedes estar padeciendo este trastorno, es importante que sepas que no estás solo y que afecta a millones de personas alrededor del mundo. Se puede tratar y está bien pedir ayuda.
Los síntomas característicos de un atracón
Los atracones propiamente dichos se caracterizan por tener, al menos, la mayoría de los siguientes síntomas:
- Ingesta inusualmente grande de alimentos en un periodo muy corto de tiempo.
- Comer, incluso sin hambre, hasta estar incómodamente llenos.
- Sensación de desconexión, automatismo, pérdida de control o falta de “voluntad” para parar de comer.
- Comer con mucha rapidez mientras dura el evento.
- Tendencia de comer cuando se está solo o a escondidas con frecuencia.
- Sentimientos de culpa, vergüenza, decepción, frustración, e incluso ira por haber comido de más.
- Ausencia de compulsiones compensatorias drásticas como vómitos, ejercicio o laxantes.
Cada caso es único, pero estos son los síntomas que con mayor frecuencia se evidencian en las consultas y que engloban bien lo que un atracón. Si esto se repite con frecuencia, entonces hablamos de un trastorno.
Razones que detonan un atracón
Se desconoce la razón detrás de este trastorno o al menos una que describa a todos los casos, pero es cierto que existen diversos factores de riesgos con correlaciones directas, estudiadas y contrastadas a lo largo de los años. Entre las razones más frecuentes nos encontramos con:
Alimentación inadecuada y desordenada
La primera causa es la más simple de todas: el hambre. Muchas veces las personas que sufren de atracones suelen tener hábitos alimenticios desordenados, comen a destiempo, duermen poco, se saltan comidas y se restringen, ignorando con frecuencia sus señales de necesidad de hambre o apetencia y terminan provocando sin querer eventos de atracón.
Historias de carencias alimentarias; dietas restrictivas
En muchas ocasiones, las experiencias de carencias pasadas pueden desencadenar comportamientos inconscientes de atracón, que con el tiempo puede terminar en un trastorno alimenticio. Las historias de dietas restrictivas motivan esos impulsos de comer a modo de preservación. Esto es especialmente común en personas que llevan “toda la vida a dieta” de forma intermitente.
Desconexión alimenticia
Las personas que no están conectadas con sus sensaciones de hambre o saciedad, no las entienden o las reprimen con frecuencia, ya sea por factores sociales, perjuicios o estigmas con respecto a la ingesta, tienden con frecuencia a ignorar los estímulos de “alto” durante el atracón, lo que hace que se sientan incómodos y luego culpables. Al privar de alimentos necesarios al cuerpo, este puede responder desencadenando atracones que luego son difíciles de detener de manera consciente.
Ansiedad
Justo antes de un atracón, los niveles de estrés del individuo aumentan significativamente, lo que es interpretado como ansiedad, nervios y a veces hambre. La comida soluciona en gran parte el síntoma, generando un alivio momentáneo positivo, que luego es seguido de culpa, vergüenza y un malestar prolongado que muchas veces empeora el cuadro inicial. Las personas que padecen ansiedad viven este cuadro con mayor frecuencia y tienen un mayor riesgo de caer en atracones nerviosos como herramienta de gestión ante esa ansiedad.
Mecanismos de afrontamiento
Tal como sucede con el estrés y los cuadros ansiosos, los atracones pueden volverse una forma placentera de aliviar el estrés físico, dolencias concretas o como salida para otros trastornos crónicos. Como resultado conseguimos mucho placer en un corto periodo de tiempo, que luego regresa en forma de estigma, vergüenza, ansiedad, culpa o estrés.
Restricción indebida
Las restricciones son una fuente constante de atracones. Estas pueden venir en formato de dietas poco informadas que priven al cuerpo de los nutrientes que necesitan, emocionales cuando el deseo de comer es reprimido con alimentos de poco sabor e incluso desagradables, creando experiencias contradictorias; o sociales, cuando se interpreta la ingesta abundante con algo malo de lo que se debe sentir vergüenza. Esta represión indebida termina por explotar en eventos atracón de los que sentimos poco o ningún control.
Cualquier enfoque negativo hacia la comida puede derivar en estigmatizaciones dañinas que deriven tarde o temprano en un trastorno alimentario.
Cómo gestionar un atracón
No existe una solución inmediata para corregir un trastorno por atracón, pero los profesionales de la psiconutrición pueden aportar muchas herramientas para gestionarlo con excelentes resultados. Con el tiempo y la asistencia adecuada los pacientes se pueden recuperar.
También es importante entender que cada persona es única y puede obtener mejores resultados según qué técnicas aplique. Por ello es tan relevante la consulta experta en el abordaje de los atracones.
Algunas de las prácticas que se aplican actualmente incluyen:
Mindful Eating
La alimentación consciente es una herramienta altamente estudiada para tratar los atracones y consiste en desacelerar al momento de comer o cuando se sientan deseos de hambre, para entender el evento y disfrutar de la comida. Se debe respirar profunda y pausadamente ante y durante la ingesta para aprovechar cada bocado y tomar conciencia de lo que ocurre en nuestro cuerpo al momento.
Puede parecer algo menor, pero realmente es un ejercicio que ayuda a conectar con el cuerpo y a recuperar esa conexión con las señales de saciedad y hambre, para responder mejor a la comida.
Detenerse antes de estar lleno
Muchas personas, desconectadas de sus señales corporales, no se dan cuenta de que han abusado de la comida hasta que sienten incomodidad e incluso dolor físico, que luego desencadena en estrés y culpa. Para ello se recomienda aplicar ejercicios de detención voluntaria, tratando de parar la ingesta cuando se está entre un 80-90% del límite de alimentos.
Esto le dará tiempo al estómago de mandar las señales adecuadas y a nuestra mente de interpretarlas correctamente. Con el tiempo, podrás entender mejor tus límites de manera intuitiva.
Un equilibrio en los alimentos
Los atracones pueden estar causados por una alimentación deficiente o desordenada. Esto puede suceder cuando el cuerpo recibe muchas ingestas de algunos macronutrientes y pocas de otros como proteínas y grasa saludables que aportan saciedad. Al igual que ingesta insuficiente de frutas, verduras y fibras, y sus nutrientes correspondientes como minerales y vitaminas.
Vincula y trabaja las emociones que preceden a un atracón
Los atracones emocionales deben gestionarse a través de su origen, es decir, de los agentes que generan la incomodidad, la tensión y el estrés que buscamos arreglar comiendo. Muchas veces sin darnos cuenta. Puede ser una hora concreta, un recuerdo, un pensamiento recurrente o una situación en el día a día la que detone nuestros atracones, por lo que reconocerlos y anticiparse a ellos es clave.
Llevar un diario de comidas y emociones puede ser de ayuda para las personas a las que se les dificulta un poco conectar consigo mismas.
Previene y planifica
Algunas personas pueden identificar con facilidad aquello que les desencadena los atracones, como salidas a lugares concretos, dietas crónicas, discusiones de pareja u otros detonantes, sin embargo, no se preparan. Es importante que los pacientes se puedan enfrentar a sus detonantes y creen estrategias para que el impacto en sus vidas sea el menor posible.
Esto no va de privarse o restringirse, sino de tomar precauciones, evadir situaciones concretas que nos llevan a comer desmedidamente y darle al cuerpo menús y actividades alternativas que nos hagan sentir bien.
Terapia conductual
Muchas personas necesitan ayudar para tratar este trastorno que les priva de su voluntad para parar de comer y les secuestra el control de sus vidas. No estás solo y no hay nada malo con necesitar apoyo.
Las terapias cognitivo-conductuales llegan a dar muy buenos resultados para gran parte de los afectados.
En estas se le enseña al individuo a profundizar con acompañamiento en sus emociones para que pueda descubrir qué le hace comer y qué puede hacer como alternativa para gestionarlo, a medida que resuelve el origen del conflicto.
Dietas planificadas con un nutricionista profesional
Si el origen del atracón es fisiológico, es muy probable que sean las dietas extremadamente restrictivas o poco saludables, lo que termina por evidenciar lo que luego se trata como un trastorno por atracón.
Lo primero será ponerse en contacto con un nutricionista en Málaga, quién nos puede guiar un plan nutricional balanceado que tenga todo lo que tu cuerpo necesita para estar saciado y en balance.
Las dietas no tienen por qué ser restrictivas ni por qué quitarte el placer de vivir o comer. Simplemente hay una mala concepción de ellas. Poder entender y aplicar una alimentación completa apoya mucho a la hora de gestionar los atracones.
Obtener ayuda para el trastorno por atracón
Tal como mencionamos antes, los atracones que se repiten constantemente y que generan malestar, incomodidad o vergüenza, tienen que ser tratados por un profesional adecuado.
Este trastorno es altamente infravalorado y no recibe el tratamiento que merece, casi siempre por factores sociales enquistados en las personas que se manifiestan en creencias como “no dejas de comer porque no quieres” o “debes tener fuerza de voluntad”, los cuales tienen efectos devastadores en la vida de las personas.
A veces, también necesitas ayuda y está bien.
Puedes comunicarte con nosotros para tener ayuda personalizada con tus atracones o para conseguir información, puede que tus dudas con respecto a tu relación con la comida tengan fuentes que son más tratables de lo que crees y solo basta dar el primer paso para recuperar tu vida. Ahora que ya sabes qué es un atracón y cómo lo gestiono, no dudes en usar esta información para tu bienestar y el de las personas que amas.