

En este artículo explicaremos qué son los trastornos de la conducta alimentaria, problemas de la salud mental muy graves que afectan a millones de personas alrededor del mundo y que se han convertido en un foco de interés para la sanidad pública global debido a los efectos que desencadenan en la calidad de las personas.
Si te interesa conocer cuál es el alcance de estos trastornos en la sociedad moderna, como identificarlos y prevenirlos, quédate hasta el final:
¿Qué son los trastornos alimentarios?
Los trastornos alimenticios o TCA son afecciones psicológicas graves relacionadas con los patrones de conducta alimenticia de las personas. En un sentido amplio, estos trastornos modifican la manera en la que las personas se relacionan con la comida, con su peso y con su imagen, lo que deriva en prácticas alimentarias extremas que impactan negativamente su salud.
Aunque existen varios tipos de TCA los más comunes son aquellos en los que una persona come de forma compulsiva o por el contrario restringe extremadamente alimentos necesarios para la supervivencia, derivado de una preocupación obsesiva por su peso.
Los trastornos alimentarios se caracterizan por una disociación parcial con la realidad corporal (viendose en el espejo diferente a la realidad corporal) y un malestar significativo en relación con la comida.
Los TCA que no se controlan a tiempo derivan en otras afecciones graves que pueden ser psicológicas como la depresión, ansiedad extrema, angustia, delirio y problemas de sueño; o físicas como la desnutrición mortal, problemas cardíacos, anemia, pérdida del periodo menstrual, problemas de metabolismo, entre otros.
Tipos de trastornos alimenticios
Existen muchos tipos de trastornos alimenticios, aunque los más comunes y estudiados hasta el momento son:
La anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa es un trastorno alimenticio que consiste en la restricción severa y obsesiva de alimentos que deriva en una pérdida crítica de peso, acompañado de una disociación importante sobre la imagen corporal (el paciente cree tener sobrepeso e ignora la evidente delgadez).
Las personas que padecen de anorexia nerviosa tienen un miedo irracional con el hecho de ganar peso y tienen una preocupación recurrente con el tema alimenticio.
Este es uno de los trastornos de la conducta alimentaria más estudiado, puesto que tiene un índice de mortalidad más elevado que el de cualquier otro trastorno mental, con una tasa del 20%.
La bulimia nerviosa
La bulimia es un trastorno mental de la conducta alimentaria que se caracteriza por la ingesta considerable de alimentos (atracón real o subjetivo) seguido de acciones compensatorias con el objetivo de “compensar” las calorías, lo que puede venir en forma de: vómitos inducidos, consumo de laxantes, dietas restrictivas obsesivas y actividad física excesiva. Todo esto mezclado con un nivel alto de malestar y angustia.
La bulimia nerviosa es un trastorno bastante común que puede llegar a afectar incluso hasta el 3% de las personas, con una prevalencia importante en mujeres.
Este TCA afecta severamente la salud física y mental de los pacientes, quienes pueden padecer deshidratación, desmayos espontáneos, desbalance nutricional, deterioro lento y progresivo de su salud mental y angustia con pensamientos suicidas.
El trastorno por atracón
El trastorno por atracón es un trastorno que puede aparecer de manera intermitente en la población general, pero que tiene una incidencia importante en grupos puntuales y consiste en la ingesta elevada de alimentos con una clara pérdida de control al comer que le impide al paciente parar, incluso sintiéndose lleno, hasta que aparece malestar físico suficiente.
Las personas que padecen de este TCA tienen sentimientos importantes de culpa, angustia y vergüenza que afecta el correcto desenvolvimiento de su vida cotidiana, pero, no presentan patrones de comportamientos compensatorios como en el caso de la bulimia.
Este trastorno es sumamente común, sobre todo en casos de obesidad y sobrepeso. Algunos casos graves pueden derivar en ciclos insanos que derivan en otros trastornos mentales como la depresión o hasta el suicidio.
Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos
Este TCA es particularmente prevalente en la infancia y se caracteriza por un rechazo firme a la ingesta de alimentos, sea en su conjunto general o en texturas, sabores u olores específicos que detonan traumas subyacentes e inconscientes.
Este trastorno puede aparecer luego de una mala experiencia, como un cuadro de asfixia por ingesta de alimentos o un suceso traumático al comer y que provocó una mala asociación con respecto a la comida.
A diferencia de otros trastornos, este no responde de buena manera al tratamiento con fármacos, aunque sí a la terapia conductual.
PICA
La pica es un TCA poco conocido que se caracteriza por la ingesta constante de elementos no alimenticios como las uñas, pelo, tierra, papel, madera y similares, casi siempre en ausencia de autocontrol por parte del individuo, acompañado de sentimientos de culpa, angustia y justificaciones que no se sostienen dentro de la realidad comprobable.
Un diagnóstico de pica puede llegar a ser complejo, ya que tienen que tratarse de patrones alimenticios atípicos, no nutritivos y ajenos al contexto social.
Además de lo antes mencionado, es importante reconocer la prevalencia de estos síntomas en personas que escapan del marco de las condiciones neurotípicas. En este caso no se habla de TCA, sino de un síntoma parte de un trastorno o condición preexistente.
¿Quiénes pueden padecerlo y cuál es su origen?
Desde que los TCA se han estudiado de manera científica se sabe que estos son trastornos multicausales, es decir, que tienen una cantidad variada de factores desencadenantes que pueden presentarse de manera individual o conjunta.
Niños, jóvenes y adultos pueden padecer de un tipo específico de TCA, aunque estos suelen ser más comunes en mujeres y personas jóvenes. La edad medica para sufrir un TCA es a dia de hoy a los 12 años.
En lo que refiere a causas específicas se pueden encontrar desde correlaciones genéticas, pasando por contextos sociales, presiones externas del entorno familiar o escolar, duelos, fobias, situaciones estresantes tempranas, rasgos de la personalidad, el deporte como profesión, hacer dieta, desbalances hormonales, e incluso traumas psicológicos.
Es importante evitar la estigmatización de estos trastornos, en cuanto se sabe que estos no son estilos de vida, sino problemas de salud mental que las personas no eligen.
Síntomas de los trastornos de la conducta alimentaria
Aunque cada trastorno viene acompañado de una sintomatología específica, existen varios elementos comunes que pueden avisar de un posible TCA si se manifiestan de manera sostenida durante uno a tres meses y que vale la pena evaluar con el personal de psiconutrición o el equipo psicológico, entre ellos pueden estar:
- Pérdida o aumento significativo de peso en un corto periodo de tiempo.
- Emociones negativas asociadas a la alimentación (ansiedad, culpa, angustia, preocupación…)
- Restricción de alimentos específicos de forma considerable y prolongada de manera autoimpuesta.
- Sentimiento de inseguridad, irritabilidad, tristeza, conflictos en el hogar, ansiedad.
- Síntomas físicos como deshidratación, piel amarillenta, caries, signo de Russel, problemas digestivos.
- Vómitos antes o después de comer.
- Renuencia a reconocer los síntomas, sobre todo los más evidentes, como un cambio drástico de peso (distorsión de la propia imagen).
- Aumento de la actividad física y el movimiento en casa
Diagnóstico de un trastorno alimenticio
El diagnóstico de un trastorno de la conducta alimentaria debe llevarse a cabo de la mano de un profesional de la salud. En este caso, un psicólogo.
Aunque la referencia, evaluación y valoración del problema puede llevarse a cabo de la mano de perfiles como el del nutricionista, el médico de familia, un endocrinólogo (en ausencia de otros problemas que expliquen la malnutrición) o los equipos de psiconutrición.
Es importante descartar otros elementos físicos de la salud antes de proceder con el diagnóstico y posterior abordaje terapéutico por TCA.
Prevalencia de los TCA
Aunque no existen estadísticas rigurosas al respecto, sí hay estudios científicos y recopilatorios que sugieren que los TCA se presentan sobre todo en adolescentes y adultos jóvenes.
También se sabe que la prevalencia varía entre el 2,2% y el 4,6% dependiendo de la región, siendo Asia y América los de mayor índice.
Este tipo de trastornos suelen afectar en mayor medida a las mujeres que a los hombres (eso no quiere decir que en hombre no se den). En lo que refiere a la comorbilidad se han reconocido elementos como la depresión, la ansiedad, los trastornos obsesivo-compulsivos, déficits de atención, hiperactividad, consumo de sustancias, pasar de un tipo de TCA a otro, trastorno de pánico, entre otros.
¿Qué se puede hacer para prevenirlos?
La prevención de los TCA nos compete a todos, tanto a los padres, como a los maestros, grupos de protección social y a los doctores de primera línea, en cuanto se entiende como principal factor de riesgo a los adolescentes con entornos inestables, cambios particularmente radicales en la pubertad y sin un sistema de apoyo sólido.
Seguidamente, es clave informar a la sociedad general desde una perspectiva neutral, sin prejuicios y con un lenguaje entendible al gran público.
Es clave que las personas puedan reconocer cuando los síntomas se vuelven un problema y entender finalmente que no hay nada de malo con pedir ayuda profesional. Cualquier canal en el que se pueda integrar este mensaje hace una gran labor como elemento preventivo.
Eliminar estigmas comunes e informar abiertamente del tema psiconutricional que afectan a la población general es tarea de todos y reporta un beneficio incalculable a nivel de salud pública. Esperamos que haya quedado claro qué son los trastornos de la conducta alimentaria y en caso de presentar algún síntoma visto antes, no dude en consultar al personal adecuado para conseguir la salud física, mental y nutricional que merece.
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[…] Cuántas veces nos habremos sorprendido a nosotros mismos comiendo sin tener hambre realmente o dándonos un atracón monumental que luego nos impide movernos del asiento, sintiendo después culpa y ganas de compensar ese pequeño “desliz”. Si te identificas con esto estás de suerte, porque hoy descubrirás que es la alimentación consciente o el mindful eating y cómo puede ayudarte a regular tus hábitos alimenticios. […]